martes, 15 de julio de 2008

GULA

A partir de las cuatro de la mañana es ya cuestión de gula. Esto está claro. Más o menos las cuatro, depende de la noche. Uno sabe que, pasada esa barrera horaria, te amanece en la cara. Peor aún si hace calor, porque puedes dormirla mal. Lo sabemos, pero la frontera del reloj sigue ahí, como si no la conociéramos, o como queriendo olvidarla. Eso sí, gracias a la gula conoces gente distinta. No todo iba a ser malo.