Antes, los teatros se llamaban como se llamaban toda la vida; ahora se llaman como las empresas: Haagen-dasz, Movistar... Antes las camisetas de los equipos de fútbol tenían los colores del equipo y punto, ahora anuncian empresas de apuestas, bancos y basura parecida. Quiero ir al Calderón, no al Haagen-dasz!! Tengo una camiseta antigua de mi equipo sin publicidad, inmaculada, con el escudo bordado, y punto. Como tiene que ser. Así que os juro que hubo un tiempo en el que no existía publicidad en todo lo que te rodea y te gusta. Kia, Cajasol, aeropuerto de Castellón...
Antes, los grupos de música sudaban tinta para sacar un disco (vinilo) al mercado. Ahora, cualquier pringado con un programita de edición musical en el ordenador atiborra la red con porquería digital. Que sí, que hay de todo en la red, ¡hasta yo!, y supongo que debe ser así: donde hay mucha gente acaba el suelo lleno de porquería.
Pero lo de la publicidad en las camisetas de los equipos de fútbol...
Antes los actores llegaban del teatro al cine, a la televisión. Ahora, los teatros se llenan de actores de series de televisión. No todos son pésimos, pero ya se sabe que basta que en el metro, atiborrado de gente, uno huela mal para que apeste todo el vagón. Supongo que esto tiene que ver algo con llamar a los teatros como un helado o que esté a punto de estrenarse un musical sobre la copla, eso sí, pasado por la patina flamenquita-fusión-moderna. Que les vaya bien, porque hay mucha gente trabajando ahí dentro y está la cosa muy mala.
Antes, cada humorista tenía su estilo. Unos gustaban más, otros menos y algunos daban asco. Ahora todos son iguales, me parece a mí. ¿Qué diferencia encuentras a la cuadrilla sobrada de Eva Hache con los chistes de Berto o las gilipolleces de la gente de "Sé lo que hicistéis..."? Y cuando reponen a los de antes te mueres de vergüenza ajena.
Hoy no tengo un día melancólico. Hoy no me ha dado por mirar atrás y esas cosas. Peor aún, hoy me ha dado por mirar adelante. Además, es mi cumpleaños... Gracias.